Con esta sexta entrega de su
serie, Muerte en primera clase (Ediciones Destino), J.M. Guelbenzu
da un paso más en el afianzamiento de su personaje, la
jueza Mariana de Marco, como una innovadora detective del
panorama policíaco español.
En esta ocasión, la espectacular
representante de la judicatura española acude a un crucero
de lujo por el río Nilo, invitada por su amiga la
arquitecta Julia Cruz, que a su vez está invitada por un
adinerado jeque árabe, que quedó muy agradecido por sus
servicios profesionales en un país del Golfo.
Las dos amigas disfrutan de unas
vacaciones pagadas, en un barco que hace la ruta turística
por Egipto, con un heterogéneo grupo de millonarios más o
menos excéntricos, que se divierten con las atracciones
programadas.
Hasta que una de ellas,
inesperada, trastoca todas sus expectativas: una adolescente
despampanante se exhibe procaz en un concurso de camisetas
mojadas, dejando a todos anonadados…
Como toda la historia y aventura
está contada por la jueza y su amiga, que exponen sin
tapujos sus opiniones sobre todo el pasaje y sus
comportamientos, llegamos a saber que uno de los grupos
viajeros es una familia vasca con problemas potenciales por
una herencia cuantiosa.
Las dos amigas acaban implicándose
en dos desapariciones, que luego serán asesinatos,
perpetrados contra la matriarca del grupo y titular de los
muchos millones en juego y la deslumbrante adolescente que
deja a todos boquiabiertos con su show pornográfico.
Todo el desarrollo de la intriga
en un ambiente de superlujo, es una exhibición de actitudes
de clase alta, vistos desde dos profesionales por libre,
que incidentalmente se relacionan con ellos.
La tozudez y persistencia en la
deducción lógica de la jueza, arrastran a su amiga que
participa sin poderlo evitar en una trama de intriga calcada
de los libros de Ágatha Christie, aunque pueda ser un
homenaje áulico.
Guelbenzu ha disfrutado escribiendo
esta novela de trescientas treinta y cinco páginas, en la
confianza que sus lectores lo gocen también.
Por lo pronto, su heroína saca
adelante un caso más, en un ambiente lujoso.
Luis Conde
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