Atendiendo al refranero popular: Son
todos los que están, pero no están todos los que son. Y es que en
estos días las editoriales, de cara a la próxima campaña de
Navidad, engrosan su catálogo con un nutrido grupo de novedades. El
Boletín rescata tres títulos, habla de una nueva editorial, se
sorprende con un concurso y presenta un original cuaderno de notas. Todo ello encaminado a dinamizar un sector
que vive, como muchos otros gremios, el peor momento de los últimos
años.
El niño y el Basilisco
Dice Luis Eduardo Aute que “Escribir,
pintar, hacer música es una forma de hacerse preguntas sin esperar
respuestas”. También dice de sí mismo que es un degenerador
de géneros porque al autor se le sigue identificando con la música
y sin embargo se ha adentrado en otras disciplinas artísticas como
la pintura o el lenguaje audiovisual. Sus primeros cuadros los expuso
a los 16 años de edad aunque gran parte de su trayectoria
profesional ha estado anclada en la música.
Sin embargo, Aute es de la opinión que
la manifestación artística es una y de lo único que depende es de
la herramienta que se use, huyendo así de todo tipo de corsés.
Ahora vuelve al panorama editorial con
el libro El niño y el Basilisco. Un trabajo meticuloso creado con
300 dibujos del propio Luis Eduardo Aute, a partir de un formato
cinematográfico que sigue el hilo narrativo de la película del
mismo título, incluida en el volumen, y que ha publicado Demipage.
El libro cuenta la historia de un niño
que mira el mar que baña las costas de Manila. Con la batalla de
aquella ciudad como escenario y ambientada la historia en 1945, el
autor recuerda al niño que fue a partir de una fotografía de su
infancia. La figura del Basilisco encarna al ser mitológico, con
forma de serpiente alada capaz de matar con la mirada, que representa
el mundo adulto, la degradación y la muerte.
El atrevimiento de mirar
Antonio Muñoz Molina, autor de El
atrevimiento de mirar habla así sobre su propio libro: “Pierre
Francastel, Giulio Carlo Argan, Erwin Panofsky y E. Gombrich me
enseñaron a mirar con los ojos bien abiertos las obras de arte y a
buscar sus vínculos con el mundo real, intentando ver en ellas lo
que vieron sus contemporáneos y comprender el lugar que ocupaban en
sus vidas y en sus sistemas de creencias. Creo que fue de Baudelaire
y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre
arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para
mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y
también en la realidad. Mucho más tarde, ya adulto, descubrí a
Robert Hughes y quise tomar ejemplo de su apasionada claridad. Los
ensayos de este libro se han ido escribiendo de manera intermitente a
lo largo de casi veinte años. Al verlos juntos ahora, observo que el
azar de los encargos y del puro paso del tiempo les ha ido dando una
cierta unidad involuntaria, casi un hilo narrativo, que tiene mucho
que ver con la deriva de mis intereses personales y mis aficiones,
quizás con la ética y la estética que están implícitas en el
trabajo de cada escritor”.
La
última obra de Muñoz Molina está publicada por Galaxia Gutenberg.
El
sol de Argel
Matías, gemelo de
Martín, se suicida inexplicablemente a los 30 años de edad teniendo
por delante un futuro prometedor. El suceso provoca un profundo
trauma en su hermano que decide investigar los últimos meses de vida
de su gemelo y se encuentra con un Matías “extranjero de sí
mismo”, en palabras de la autora, y una persona desconocida, que
responde a la inicial M.
La autora de El Sol de Argel, EsthérGinés, se adentra en el tema de la identidad y de cómo nos
enfrentamos a nuestro propio yo. La ciudad de Madrid, lugar en el que
está ambientada la novela, es otro personaje más del relato y
escoge un antiguo hospital, el Instituto Homeopático, como punto
sobre el que gravita parte de la acción. De igual forma, la
Literatura es casi otro personaje, en sí misma como elemento
clarificador del ser humano, tomando como referente El extranjero de
Albert Camus.
El sol de Argel es
la primera novela de esta periodista especializada en la información
literaria, de marcado tono psicológico que también hace incursiones
en el género detectivesco. Publicada por Ediciones Carena se
presenta el 30 de noviembre en la librería Casa del Libro y el
próximo 15 de diciembre en la Escuela de Escritores.
Playa de Ákaba, una editorial al
alcance de la mano
Hace unos días, en la librería La Central de Callao, el último premio Planeta de novela,
Lorenzo Silva, presentó al público madrileño su nuevo
proyecto: la editorial Playa de Ákaba, un intento por
adecuar la oferta a la exigua demanda de estos tiempos de
crisis, cuenta Luis Conde.
Presentó los cuatro primeros
títulos de las colecciones que abarcará en su
espectro-oferta: clásicos, narrativa española, poesía y
libro infantil/juvenil.
Inicia los clásicos un material
inédito en España, las cartas de Thomas Edward Lawrence
(“Lawrence de Arabia”), que escribió entre enero y
agosto de 1917, cuando estaba enfrascado en los combates
contra el Imperio Otomano, al servicio del Emir de Arabia.
Con el título de Camino de Ákaba se recogen esos
testimonios cruciales, casi escritos sobre la marcha en la
ofensiva desde el desierto de Nefud para tomar Ákaba y
cambiar el curso de la guerra en la zona.
En la colección de poesía la
oferta es un poemario de Carlos Zanón titulado Yo
vivía aquí, que recoge algunos de sus últimos
versos.
Y como muestra de lo que pueden
ser las líneas de libros para niños y jóvenes, se
mostraron dos títulos Judith y las muñecas y Sólo
fue un post, de Noemí Trujillo, que será uno de los
pilares de la nueva editorial.
Los cuatro volúmenes, a precio
muy asequible, se pueden adquirir también en formato
electrónico bajándolos de la red y a demanda, en tres
días te lo envían a tu domicilio en edición privada.
Todos los títulos que se vayan publicando estarán sujetos
a esos estándares.
Silva explicó que sus pretensiones
son captar nuevos narradores y poetas, además de dar
opciones a los que no consiguen colocar sus obras por la
actitud cerrada de los grandes grupos editoriales, que tienen
un inmenso atasco con los muchos proyectos que les llegan.
Como ellos no pueden distraerse de
sus planes con sus autores, los noveles quedan siempre a la
intemperie. No pueden dedicarse a otros nuevos.
Y que como las redes sociales se
están convirtiendo en el campo idóneo para intentar nuevos
rutas al mundo editorial, desde el principio Playa de Ákaba
cuenta con ellos y producirá libros para e-book y
difundiéndolos por Internet.
De hecho, la poesía ya tiene
hueco y por ahí circulan poemarios todos los días.
A Silva le
acompañaban en la presentación Lorenzo Rodríguez Garrido,
editor externo y Carlos Zanón, que leyó algunos de sus
mejores poemas.
Un calendario por Adviento
Novedades
editoriales, noticias literarias y otras sorpresas convertidas en
regalos de Adviento, o lo que es lo mismo, las cuatro semanas previas
a la Navidad. En el norte de Europa es un regalo infantil muy
habitual, cada día los niños van levantando la pequeña pestaña
iniciando la cuenta atrás hasta llegar al día de Navidad, en los
modernos suele haber pequeños regalos que les incentivan a la hora
de cumplir con un ritual eminentemente religioso.
La editorial
Alevosía, el sello nuevo auspiciado por Siruela, ha convocado un
concurso para todos sus lectores. Así, para participar hay que
escribir a comunicacion@siruela.com
con el asunto “Adviento” y a partir de ese momento el suscriptor
recibirá una sorpresa literaria en forma de correo electrónico. En
juego están ejemplares firmados por los autores, libros electrónicos
y ediciones no venales, entre otros regalos.
Cuaderno de notas para regalar
La mítica
colección Austral, la que lanzó la editorial Espasa para difundir a
precios más que razonables los grandes títulos de la Literatura,
está de aniversario: 75 años nada más y nada menos. Eran aquellos
libros de tapa blanda con una portada sencilla pero tremendamente
efectiva porque los colores le daban la pista al lector. Si era azul,
en su interior habría una novela o un cuento; si rojo, una novela
policíaca o de aventuras; el violeta enmarcaba a la Poesía y el
Teatro y el verde a la Filosofía. El naranja identificaba las
biografías, el negro los viajes, el amarillo se reservó para la
Historia, el marrón para la ciencia y el gris para los clásicos. Y
casi se podían adivinar los gustos de alguien por el color
predominante de su biblioteca.
Ahora, esa
estética vuelve en forma de exquisito regalo, un cuaderno de notas
que se vende en cuatro colores: rojo, verde, violeta y azul a un
precio de 13,90 el tamaño grande y 9,90 el pequeño. Casi un fetiche
que está atrayendo la atención de miles de lectores, a los que
generalmente les suele apasionar el material de papelería, el que
presenta un aspecto cuidado, el que se fija en los detalles para que
el mero hecho de escribir sea un ritual.
Y reproducen con
tanta exactitud aquellos libros que conserva el logotipo de la
colección que no es otra cosa más que una evocación del símbolo de
Capricornio, además de la banda negra con el nombre de la colección
y el antiguo sello al que pertenecía, Espasa-Calpe, S.A.
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