¿Se puede estar cuerdo y ser un asesino? Reyes Calderón investiga tanto el alma como la psique humana en una nueva entrega de la jueza Lola MacHor. En esta ocasión, la magistrada de la Audiencia Nacional se enfrenta al mal puro que hoy en día puede esconderse, según manifiesta la propia autora en entrevista telefónica, en cualquiera.
En “El último paciente del doctor Wilson” (Planeta) un hombre acomodado económicamente y muy seguro de sí mismo se hace la siguiente pregunta: “¿Cuántas veces es posible matar sin perder la cordura?” cuestión que, a su vez, le traslada a un afamado psiquiatra, el doctor Wilson. MacHor conoce este hecho y se mete de lleno en un caso que convierte la novela en un texto de lectura adictiva en el que la jueza, una mujer de hoy en día, trabajadora y madre de familia, se plantea dónde termina la moral y comienza la patología.
Narrada a dos voces, la escritora se zambulló en esta historia después de leer la noticia de la indigente quemada viva en un cajero por unos jóvenes que, además, grabaron todo con sus teléfonos móviles. Ese hecho hizo que se planteara hasta dónde puede llegar la maldad de un ser humano, aparentemente normal y respetable.
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