Este mes de octubre
se cumplen los primeros cien años, de uno de los
personajes más populares y persistentes de la aventura en
las selvas. Hace un siglo en la revista All-Story
Magazine, uno de los muchos pulps de gran
popularidad en EE.UU. dedicados a reunir relatos y novelas
cortas aventureras, se inició precisamente uno más, que iba
a causar furor. Titulado Tarzán
de los monos, narraba la supervivencia de un niño
de poco más de un año, en una selva africana, tras la
muerte de sus padres ingleses abandonados en la costa por
unos marineros amotinados.
El niño huérfano es
rescatado por una gorila que lo adopta y amamanta,
incorporándolo a su grupo familiar. Se desarrolla, pues,
como un gorila más, que llegará a ser macho dominante pese
a su piel blanca, que es lo que significa Tarzán en
dialecto indígena de la zona, una selva del Congo sin
mucha determinación por parte del autor.
El creador de este
mito arquetípico se llamaba Edgar
Rice Burroughs y cuando empezó a escribir esta
historia, en 1911, ya había vivido 36 años ejerciendo otras
muchas profesiones en su Chicago natal y diferentes lugares
más.
La recopilación de
las varias entregas en formato libro en 1914, supuso tal
éxito que vendió más de un millón de copias y volvió
famoso al creador. En años sucesivos siguió publicando
nuevas novelas hasta un total de veinticuatro, que enseguida
pasaron al cine, desde 1918 y a los cómics en 1929.
Burroughs se hizo
millonario y se convirtió en una celebridad en el campo de
la novela de aventuras, con el refuerzo de casi cien
películas a lo largo del siglo. Algunas las produjo él
mismo, insatisfecho por las primeras que se rodaron. Se
compró un rancho ganadero cerca de Los Ángeles, al que
llamó Tarzana, y desde el que ejercía su control de
los beneficiosos derechos del personaje. Y escribiendo otras
series aventureras en Marte, Venus, el centro de la Tierra y
hasta el Lejano Oeste.
En España las novelas
se publicaron traducidas a partir de 1918, tras los éxitos
del cine y una de las editoras que más tiempo las
publicaron fue Gustavo Gili, aunque no la serie completa.
Desde 1995, con nueva traducción, la editorial Edhasa ha
puesto en español las veinticuatro novelas originales, en un
formato asequible y cuidadoso.
Cualquiera puede así
seguir las emocionantes aventuras selváticas de un niño
blanco, criado entre gorilas del África negra y que se
erige en justiciero frente a cualquier malandrín, contando
con la ayuda fiel de las fieras, que acuden a su llamada
con un alarido estremecedor resonando entre la fronda.
Luis Conde
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