martes, 2 de febrero de 2010

Los géneros del rincón


Al lector ¿o al editor? -eso no se sabe del todo bien- le gusta sobre todo la novela, histórica, romántica, negra... Hay hasta crónicas periodísticas que terminan novelándose como si todo texto escrito tuviera por último destino el género predilecto. De ahí que otros hayan perdido fuerza o protagonismo no el panorama literario, en el que conservan su prestigio, pero sí de cara al gran público para el que pasan bastante desapercibidos tanto el ensayo como el teatro, eso sí los que no tengan un fuerte componente mediático.

Para Blas Matamoro, reciente III Premio Ensayo Ciudad de Málaga, el género ensayístico es uno de los grandes olvidados. ¿Vivimos en una sociedad capitalista intelectualmente hablando en la que unos pocos piensan mucho y otros muchos piensan menos?. No escribe, asegura, pensando en el lector y se deja llevar por la temática que quiera exponer, en este caso se ha fijado en más de 300 escritores y en la influencia que la familia ha ejercido en ellos a la hora de escribir. Un conjunto de micro ensayos que reflexiona sobre las motivaciones de un escritor para ejercer su oficio en el que se ha fijado el Instituto del Libro de Málaga y la editorial Páginas de Espuma, convocante y editor, respectivamente.

Blas Matamoro habla del ensayo como género (archivo de audio)

El autor, partidario de los premios convocados por instituciones públicas (archivo de audio)



El teatro tampoco pasa por buenos momentos si nos atenemos al número de obras publicadas. Hay arriesgados como la editorial Antígona que se atrevió con “Cualquier lugar, cualquier día”, de Ignacio Pajón Leyra, una historia del ser humano a través de las guerras, que de momento ya ha representado la compañía Cour y que en breve llevará nuevamente a escena en una segunda adaptación en la que trabaja el propio autor.


La obra es un trabajo extenso, compuesto de quince actos, y que puede abordarse de muchas formas, en la que, sin apenas escenas puramente violentas, se palpa el dolor y la tragedia, a veces agridulce. Una sucesión de cuadros breves pero muy intensos en los que se retrata desde la guerra civil española a través del diálogo de dos hermanos, uno del bando vencedor y otro del vencido, a los momentos previos al ataque a los famosos espartanos, parapetados bajo sus escudos, expuestos a los persas que les superaban con creces o lo que es lo mismo, la guerra de Las Termópilas llevada hace unos años al cine, con el título de 300.

El autor explica qué le condujo a escribir “Cualquier lugar...” (archivo de audio)

Ester González, directora de la compañía Cour, comenta la representación (archivo de audio)

Tiempo de premios


Y de géneros no tan mediáticos a otra literatura que tiene un público fiel y amplio aunque no se prodigue en los grandes medios de comunicación. La literatura infantil y juvenil que estos días está siendo noticia por los premios que van llegando en forma de anuncio o del propio libro en sí como el Apel.les Mestres que ya ha sacado al mercado la editorial Destino y que este año ha recaído en la obra La ventana infinita. Un album ilustrado con la firma de Andrés Pi Andreu y Kim Amate y que cuenta como detrás de las apariencias puede encontrarse algo que no se supone a priori, en este caso la amistad.

Se han fallado también recientemente los Edebé. Maite Carranza, en juvenil con “Palabras envenenadas” una historia sobre la violencia machista y con la que probablemente la editorial repita éxito, que ya obtuvo con la saga La guerra de las brujas. El infantil de la editorial catalana ha ido a manos de Rodrigo Muñoz Avia con “Mi hermano el genio”.

De igual forma, Edelvives ha fallado también sus galardones que han distinguido a Ignacio Sanz con Una vaca, dos niños, trescientos ruiseñores basada en un hecho real que protagonizó el poeta chileno Vicente Huidobro al capturar y llevar hasta su país a varios centenares de ruiseñores. Y el juvenil que ha sido para la escritora, Rosa Huertas, que presentó la obra “Tuerto, maldito y enamorado”, la segunda novela de una escritora que anuncian como excelente. Su primer trabajo quedó finalista del mismo premio.