
Dice que es su último libro,
Quintaesencia. De Antonio Gala, sus aforismos. Una selección de sus
reflexiones sobre el amor, la infancia, la homosexualidad, el tiempo,
la paz, los perros, el escritor, el destino... recopilados por Isabel
Martínez Moreno. Casi todo Gala está ahí, el resto se intuye, se
percibe, se interpreta a través de sus obras y de sus actos
públicos.
Temido como pocos y excelente orador,
el escritor, cordobés por voluntad propia, se ha reencontrado con la
Prensa después de su retirada a raíz del cáncer que le detectaron
y por el que se sometió al tratamiento que le ha mantenido alejado
de los focos. Y ha hecho acto de presencia como siempre: elegante.
Ataviado, también como siempre, con pañuelo al cuello y sosteniendo
entre sus manos la empuñadura de un bastón que en él es seña de
identidad, porque ¿qué uso tiene un bastón cuando la persona que
lo porta está sentada? En el caso de Gala es la prolongación
natural de sus dedos. Al igual que sus frases son la de su agudeza
mental, como misiles intelectuales.
Asegura que ya no es tan ácido pero sigue conservando intacto el sentido del humor y sus
conferencias de prensa siguen siendo igual de afiladas, plagadas de
tantos titulares que es complicado de acotar, si es que alguien puede
hacerlo. El Gala que se ha dejado retratar por los gráficos ha dado
paso a un hombre que se ha confesado cansado porque “los fotógrafos
han dejado de mi una mínima parte de lo que yo traía, ahora estoy
tan cansado que responderé despacio a todas vuestras preguntas, pero
responderé”.
Y así lo ha hecho. Ha hablado de que
se siente satisfecho con su trabajo, porque ha hecho lo que quería
llevar a cabo. “Me encuentro cumplido. Creo que he sido sincero,
creo que he dicho verdades a veces antipáticas, incluso para mí e
incluso sobre mí”. Prácticamente ha descartado escribir su
autobiografía para la que sí tiene título: “No os levantéis,
conozco la salida” y en la que hablaría de los personajes que han
tenido relación con él, de los que ha habido proyección pública.
Ha abordado el tema de la muerte con naturalidad al afirmar que “yo
no he sabido si me he estado muriendo o he estado padeciendo, sé que
he tenido tres muertes clínicas pero porque me lo han dicho a la
salida” para asegurar que todos estamos muriendo, y que saberlo nos tiene que animar a vivir la vida con más intensidad (audio).
Era inevitable que no se hablara de
política y de la situación actual poniendo de manifiesto que Gala sigue siendo Gala al referirse al actual gobierno (audio). “La
época de las gestas ha pasado, pero también hemos estado en la vida
de los gestos, que era igual de imbécil. Y luego hay otra cosa que
no se puede hacer: resignarse al gobierno de idiotas, eso de ninguna
manera”.
Antonio Gala en estado puro, a sus 76
años, con cuatro millones de ejemplares vendidos y más de 500
premios recibidos. El que es escribe frases como:
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