miércoles, 13 de marzo de 2013

Viajes, amores y aventuras por doce ciudades

Luis Conde charla con Jorge Eduardo Benavides sobre su último libro. Una novela de viajes en clave romántica.



El novelista peruano Jorge Eduardo Benavides, radicado desde hace años en España, ha puesto en el mercado, de la mano de Alfaguara, una nueva novela con el título de "Un asunto sentimental"…

-¿Cómo surgió la idea de esta nueva novela?
-Bueno una novela no surge así, de un chispazo, pese a lo que contaba García Márquez, según el que viniendo de Oaxaca hacia Ciudad México surgió en mi mente, casi al completo “Cien años de soledad”. No, esa novela llevaba conviviendo con Gabo muchas décadas o al menos muchos años. El detonante para ponerse a escribirla, a lo mejor si fue ese viaje que cita… Por mi parte, después de haber publicado tres novelas duras, políticas y con asuntos históricos, me apetecía hacer un libro de viajes y me puse a ver lo que había por ahí. Pero me puse el listón muy alto, quería hacer un libro como los de Javier Reverte, y me di cuenta que no me iba a salir. Entonces decidí darle un giro a mi proyecto y plantearlo como una novela romántica, de muchos amores y trama compleja.



-Su novela, con todo, se desarrolla en doce ciudades cargadas de historia y con mucho bagaje cultural diferenciador. ¿Por qué doce ciudades y qué significación tiene su elección?
-Si tienen algo de elementos simbólicos, pero lo determinante es que sean ciudades que yo haya visitado, al menos tres veces, que las haya captado con algo de profundidad y así poder sumergir a mis personajes en su entraña.

-Y todas muy cosmopolitas, fascinantes y vendidas muy bien, como para despertar las ganas de visitarlas…Al final sí que es, también, un libro de viajes, ¿no?
-Pero lo esencial es la trama principal, unos personajes escritores que se enredan con libro a cuestas y que no ven ocasión de terminarlos.

-Usted presenta a un tipo que parece desdoblado de usted mismo, incluso se llama igual y otro que ejerce de contrapunto, un catalán que aprovecha la historia y hasta la termina antes, sale del atasco con ventaja. ¿Le da la preferencia para justificar su dispersión?
-Jorge está enfrascado en su novela sobre el Perú de Velasco Alvarado, que se le resiste, mientras que Albert Cremades ya está empezando a triunfar con su segunda novela y está en todas las comidillas. Pero se presta a hablar con Jorge, mientras se niega a hacerlos con la prensa y los demás medios. Los dos se implican e intercambian argumentos para sus libros inmediatos.

-Su novela está plagada de cameos con personajes de la cultura española e iberoamericana, especialmente de peruanos por todo el mundo. ¿Hay algo de gremialismo y amiguismo en esa barahúnda?
-Yo quería anclar mis personajes de ficción con los de la realidad, y en ese juego de realidad y ficción decidí que me daban mucho juego amigos y conocidos de cada una de las ciudades donde sitúo la acción. Y sí, muchos me han llamado para agradecer su inserción o para quejarse de que no son así, como yo los muestro.
-En la novela, casi en cada capítulo, la historia central de Cremades y Jorge está vista como corrigiendo la expuesta en el capítulo anterior, al modo de Rashomon. ¿Hay premeditación en la confusión realidad-ficción?
-Mas bien yo creo que se van dando distintas facetas de un mismo aspecto, de una misma historia, que cada uno cuenta como quiere y sabe. Entre todos la completan y dejan abierta a otras interpretaciones.

-Usted deja anclado en Venecia a Cremades cuando triunfa y se vuelve profesor, pero a Jorge, al que define como “florentino”, lo deja en Madrid empantanado en su novela y sus amores frustrados. ¿Dónde y cómo acabará?
-Yo lo dejo en manos de los lectores, que ellos completen lo que narro. Jorge oscila de un amor a otro y de un libro a otro, hasta que descubre que su historia ha sido vampirizada por su competidor… ¡Pero eso tienen que descubrirlo los que entren en la novela y por eso pido que no cuenten a otros el final, como en las películas de intriga!

-Jorge es un amante afortunado, en cada una de las ciudades tiene alguien que lo espera o que se derrite enseguida ante sus encantos…¿Qué seductor, no?
-Sí, se le dan bien y casi todas las mujeres son bellísimas y encantadoras, pero es que hemos quedado en que es una novela romántica, aunque con los parámetros de lo que eso significa hoy en nuestra cultura. Igual que en el cine estadounidense siempre las protagonistas son hermosas y muy listas. Yo hago lo mismo, seguro que al lector le atraerán más.

-Por su biografía profesional sabemos que ha trabajado mucho con talleres literarios, tanto en Lima como en Tenerife y Madrid. ¿Además de ganar dinero con ellos, le han servido para su profesión de escritor?
-Mucho. Yo he vivido de ellos mucho tiempo. Y es un trabajo apasionante, eso de ejercer de orientador de la creación literaria y de la técnica de escribir correctamente. Yo me sumerjo en lo que otros escriben y lo discuto con ellos para que aprendan a expresar lo que sienten y quieren hacer. He aprendido mucho y ahora tengo más amigos que discípulos, que ya están triunfando y empezando a ser reconocidos como estupendos escritores.

-¿Tiene otra novela en ciernes y sobre qué asunto?
-Una ambientada en las guerras napoleónicas, pero todavía tardaré un par de años en tenerla lista.

-Que haya suerte y venda mucho esta de amores y viajes, que a mí me ha entretenido mucho. ¡Enhorabuena!

(Foto del autor: editorial Alfaguara. © Jorge Montgomerie - Foto Art Studio)

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