viernes, 16 de julio de 2010

El espíritu de los cinco se instala en Cantabria


Un escritor es capaz de convertir lo cotidiano en algo mágico. Y cuando un libro consigue que un niño se abstraiga de lo que le rodea y se sumerja en la lectura de un libro, se alcanza el objetivo. Y los paisajes conocidos y cercanos se transforman en el escenario de una historia. Son de ese tipo de relatos, en los que los niños se convertían en pequeños detectives porque curioseaban más allá de lo permitido por la autoridad paterna y se metían en líos. Eran historias llenas de ternura, travesuras infantiles propias de una imaginación en constante ebullición que veía bandidos casi por todas partes.

Denostadas un tiempo, consideradas ñoñas por algunos, sustituidas, sin conseguirlo, por historias fantásticas, vuelven una y otra vez porque la capacidad de los lectores más jóvenes para disfrutar de todo tipo de relatos es casi infinita. Y en esa posición se ubica Marta Fernández-Rañada, que tira de su imaginación y absorbe la del mundo infantil que le rodea. El resultado se materializa en uno de sus últimos títulos publicados: “Misterio en la playa” (Montena).

Una novela corta que recupera ese espíritu y, de repente, te traslada a la infancia, a ese tiempo lleno de libros de Enyd Blyton, que proporcionó lectura a varias generaciones que buscaban las aventuras de las pandillas de verano, bicicletas e intrigas en las que curiosear (Audio). Hablamos sobre “Misterio...” en la biblioteca de un céntrico hotel madrileño. He llegado tardísimo a la entrevista pero la afabilidad de Marta es casi idéntica a la de sus personajes ¿o será que ellos son así por su creadora? Al momento, recordamos aventuras propias y ajenas, trastadas como las de sus protagonistas.




Y cuenta que sitúa la acción en la playa cántabra de Berria (Santoña) porque es la localidad en la que veranea con su familia desde siempre. Habla en un tono suave, quedo, y sus palabras acompañan al hombre de pelo canoso que sestea en un sillón cercano. Ella no le ve pero a mí me asoma la poblada cabeza por encima de su hombro. Habla de su novela y cada vez me convenzo más de que sus palabras son como una canción de cuna para el cliente del hotel que despierta cuando terminamos la entrevista.






¿Parece que tenemos complejo en contar nuestras propias historias?, le digo y afirma que se empeñó, precisamente por eso, en presentar la novela en el pueblo donde transcurre la acción (Audio). No es cosa de mirarse el ombligo pero tampoco hay motivos para empequeñecer frente a la literatura que viene de fuera hipnotizando hasta límites insospechados a lectores en constante revolución hormonal. Y ahí están, probando con hechos, Francesc Miralles y Javier Ruescas, dos autores, dos ejemplos, por poner alguno de los muchos.




Con Misterio en la playa, Marta Fernández-Rañada, nacida en Santander, salva otros dos escollos, hacer de Cantabria un paisaje de novela de aventuras para niños ¿por qué no? y defender su posición como escritora de libros infantiles (Audio). Le hace un guiño a su tierra usando la terminación uco que transforma en diminutivo de Angeluco. El resto, Lua, Manuel, las gemelas Julia y Elena y el pequeño Lucas, junto con Roco, el perro de Uco, forman la pandilla que se mueve por la playa de Berria y que se integra en la novela tal cual es, con la prisión de El Dueso y el cementerio.




La imaginación de la autora completa el relato en el que hay un barco de bandera rusa, un tesoro escondido, un viejo loco... hasta crear una divertida aventura que los niños de hoy en día parecen vivir a través de los libros (Audio). Aún así, se siente cómoda en este género, tal y como ella dice porque le recuerda a su propia infancia y le sale, casi, de forma natural (Audio).

Otros títulos: Secuestro en el crucero (Montena)

(Imágenes procedentes del álbum familiar de la autora)

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