jueves, 18 de octubre de 2012

Cuaderno de bitácora. Planeta/61

O también el termómetro de lo que se cuece en el sector y... más allá. No hay cita literaria más numerosa ni que levante más expectación, y para algunos, expectativas. Tampoco la hay que congregue a más periolistos y/o culturetas que el fallo del Premio Planeta (en su edición número 61), salvo las del Cervantes o los Príncipe de Asturias, pero esas son más solemnes y de protocolo más rígido.




Este año se anticipaba morbosa, informativamente hablando. Y lo que son las casualidades, una de las novelas finalistas ya lo anunciaba sin pretenderlo: Choque de titanes se llamaba el original presentado a concurso. Premonitorio el autor, que respondía al seudónimo de Margan el Hispano (más leña al fuego), porque así se presumía la cena en la que se anuncia el nombre de los premiados y a la que asistieron, entre los mas de 1.000 invitados, Artur Mas, presidente de la Generalitat, y José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, al que precedió una perla en forma de frase pronunciada en el Congreso de los Diputados: “españolizar a los catalanes”. Se desconoce si en ese momento se mordió un labio.

Obviamente, y como se les presume a los políticos a los que en el sueldo se les incluye la diplomacia y buenas formas, no hubo “dagas volantes” pero tampoco un estrechón de manos que pudieran retratar los gráficos. Ya entraron saludados a la cena, lo hicieron cuando se encontraron en la entrada del Palau de Congressos de Catalunya. Eso sí, la Cultura se convirtió en un simbólico árbritro y José Manuel Lara, presidente del primer grupo editorial de España, actuó como el mejor anfitrión de los dos ilustres invitados que declinaron hacer declaraciones sobre cualquier cuestión espinosa. Ambos siguieron el guión y solo se amontonaron un poco en el estrado, cuando recibieron al ganador del premio, Lorenzo Silva, y Wert se quedó durante breves instantes en un segundo plano. Nada grave que no pudiera solventar Lourdes Maldonado, periodista de Antena 3tv y conductora del acto, que recompuso en un pis-pas la “foto de familia” . 

 

Pero no se quedaron atrás las dos novelas ganadoras presentadas con los títulos provisionales de: Te protegeré (del ganador Lorenzo Silva) y El búnker (de Mara Torres, finalista), que resultaron ser las obras La marca del meridiano y La vida imaginaria. Todo una velada llena de simbolismos. Hasta los protagonistas de La marca..., los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, que fueron los que se llevaron el Planeta, en el buen sentido de la expresión... se entiende.

Pero al final, no hay nada que no se arregle con diálogo. El mismo que pidió José Manuel Lara interpelado el día anterior en la rueda de prensa previa al premio. El mismo que pide cualquier cabeza bien amueblada ante una supuesta independencia de Catalunya. “Diálogo y diálogo” repitió el máximo representante del grupo Planeta, por si quedaba alguna duda.

Y de igual forma, porque dudas parece no haber pero sí oídos sordos, volvió a solicitar Lara una revisión del IVA para el libro electrónico, que se ha convertido en la cruz del gremio. Ese y la piratería. Un sinsentido que parece no serlo para los legisladores empeñados en que la población lea pero no parece que lo estén tanto en proteger la Cultura, acosada por la peor parte de la tecnología. 

A este paso, nos vamos todos a Luxemburgo... 

Texto y fotos: Merche Rodríguez 

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